Día 2: Amsterdam
Amsterdam
Amanecimos con un día similar al del día anterior, amenazante con que en cualquier momento caería algún chaparrón. El día de hoy lo aprovecharíamos para ver de una forma más relajada la ciudad. Nuestro primer punto del día fue el recinto Begijnhof.
Muy cerca de la Plaza Spui, encontramos un conjunto de casas fundadas en 1346 con el objetivo de albergar a una hermandad femenina católica laica: las beguinas. En este mismo lugar encontraremos la casa más antigua de toda la ciudad, se encuentra en el número 34, data del siglo XVI y es una de las dos casas que quedan en toda la ciudad con fachada de madera.

Precio: Entrada gratuita.
Horario: De lunes a viernes: de 9:00 a 17:00 horas.
Después de la visita, nos dirigimos a La Plaza Dam, queríamos volver a verla de día. Si a la noche ya nos pareció que tenía mucho ambiente, de día es una zona repleta de tiendas que llenan de vida el corazón de la ciudad.

El edificio del Madamme Tussaud es impresionante:

Entramos a un coffee shop cercano a la Plaza como curiosidad por ver cómo son por dentro. En la actualidad, de los más de 1000 que había, solo quedan 150 debido a la presión que ejercen los países vecinos y los políticos del país para reducir este tipo de turismo. El más famoso de la ciudad es el Bulldog. A día de hoy tiene una cadena de varios coffees en la ciudad, pero el pionero fue el Bulldog No. 90 que fue el primer coffee shop abierto en la ciudad entre los canales del Barrio Rojo, abrió sus puertas por primera a finales de 1975 y durante décadas ha sido el símbolo del libre consumo del cannabis en Ámsterdam. Alucinamos que tenían hasta una carta como si de un menú de restaurante fuera en la que describían los efectos que causan cada una de las variadades que vendían.

Aprovechando que nos encontrábamos en pleno Barrio Rojo, nos acercamos a la zona de la noche anterior:

Volvimos al hostal para comer en uno de los restaurantes que teníamos cerca y descansar para poder aprovechar la tarde.
Después del break, aprovechamos que el sol salía para dedicar la tarde a perdernos por los canales de la ciudad y poder tomar algo sin prisas de ningún tipo.

Es espectacular pasear cuando cae la noche por la ciudad:

No tardamos mucho en volver al hostal ya que mañana nos esperaba un madrugón para poder visitar las ciudades de Edam, Volendam, Marken y Zaanse Schans.