Día 1: Llegada a Bangkok
Barcelona
Después de tantos viajes por Europa, comenzaba nuestra primera aventura en un continente diferente. Tras muchas dudas, nos decidimos por Asia y qué mejor manera que empezar por uno de los destinos más populares del sudeste asiático, Tailandia. Por primera vez, nuestro viaje comenzaba en Barcelona, debido a las numerosas huelgas aéreas que afectaban a diferentes aeropuertos, tuvimos que desplazarnos para así asegurarnos que podríamos viajar sin problemas.
Nuestro vuelo salía a las 11:00 del 18 de agosto y tras una breve escala en Moscú, llegaríamos a Bangkok en torno a las 8:30 hora local del día 19 de agosto. Volamos con la compañía Aeroflot y a decir verdad, los asientos no eran lo suficientemente cómodos, por lo que a duras penas conseguimos descansar algo. Alrededor de las 8:30 aterrizábamos en Bangkok.
Bangkok
Comenzaba nuestra locura por un inmenso aeropuerto en el cual no sabíamos cuál era el protocolo a seguir para poder recoger nuestras mochilas. Después de preguntar a varias personas, conseguimos comprender que todas las salidas llegaban a desembocar al mismo lugar, el control de pasaportes. Antes de llegar al control es necesario rellenar un formulario que se entrega nada más llegar al mostrador, después del protocolo de escáner de huellas y de rostro, pudimos acceder al recinto donde cogimos la mochila y salimos a la locura tailandesa!
La primera cosa que hicimos al llegar fue cambiar un poco de dinero a los Bahts, principalmente para adquirir una tarjeta SIM y poder coger el transporte público hasta llegar al hotel. Para el resto del viaje utilizaríamos nuestra tarjeta de BNEXT, que si aún no la tenéis os la recomendamos.
Cambio: 1 € -> 33,56 THB

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Para cambiar dinero, os recomendamos que bajéis a la planta B del aeropuerto, es el que mejor cambio ofrece. Además en el mismo nivel encontraréis varias ofertas de tarjetas SIM, nosotros adquirimos una SIM con la operadora DTAC, que incluía 6 GB de datos por 599 THB, aproximadamente 17€. En el propio stand nos configuraron el móvil para dejarnos todo operativo desde el primer momento.
Nuestro siguiente paso era llegar del aeropuerto al hotel. Habíamos reservado una habitación doble en una calle paralela a Khao San Road, coloquialmente conocida como Khaosan, concretamente en el hotel Rambuttri Village Plaza.
¿Cómo llegar del aeropuerto Internacional Suvarnabhumi al centro?
Para llegar al centro de Bangkok tenemos varias opciones:
- Taxi: Es la opción más cómoda aunque quizá la más cara. Hasta Khaosan cuesta en torno los 600 THB. Es recomendable fijarse que el taxi tenga el taximetro activo.
- Grab: Aplicación similar a Uber, en la cual fijan un precio en función de la demanda. Muy útil para viajar dentro de la ciudad.
- Bus: La línea Airport Express, y después coger el bus S1 hasta Khaosan.
- Tren: La opción más económica, hay que coger el tren City line rojo hasta Phaya Thai (45 THB) y después coger el autobús número 59, 201 o 503 que nos dejará justo en Khaosan.
En nuestro caso escogimos la opción del Tren, las máquinas donde se sacan las fichas para el transporte están en varios idiomas así que no hay ningún problema en comprarlas. Una vez teníamos las fichas en la mano, nos dirigimos hacia la línea roja de tren que es la que nos dejará en Phaya Thai. Después de 30 minutos llegamos hasta Phaya Thai, nos volvimos un poco locos para encontrar el autobús que nos llevaría hasta Khaosan, pero después de preguntar a varias personas, nos comentaron que el autobús paraba en la recta que une la estación con el Monumento de la Victoria, concretamente aquí:

Nos montamos en el autobús cuando se nos acercó una amable señora para vendernos los tickets correspondientes, aproximadamente unos 25 Baths por persona. En ese momento fue cuando nos miramos el uno al otro y nos dimos realmente cuenta de donde estábamos, en un autobús sin ventanas dentro de un tráfico de locura, para que os hagáis una idea de lo que decimos:

El autobús nos dejó a la entrada de Khaosan, fue poner un pie en la famosa calle y nos dimos cuenta que es uno de los puntos donde más gente de todas las nacionalidades se reune, la gran mayoría de ellos eran mochileros como nosotros que comenzaban su visita o bien tomaban algo en los restaurantes que abundan en la zona.
Localizamos el hotel sin ningún problema, ya que es uno de los más conocidos por todos. Tras hacer el check-in, entramos a nuestra habitación la cual estaba en unas condiciones ideales, con aire acondicionado, balcón y muy limpio. Lo recomendamos encarecidamente.
Después de descansar un poco y tras una ducha salimos a la calle, la sensación del calor que azota la cara según salimos fresquitos de la habitación era brutal. Al principio puede resultar un poco agobiante, pero poco a poco nos acostumbramos a él.
Se acercaba la hora de comer y antes de comenzar con la visita a la ciudad, buscamos un restaurante tranquilo donde poder planificar qué ver durante nuestras primeras horas en la ciudad. Escogimos el restaurante Madame Musur y como no podría ser de otra manera, pedimos un Pad Thai y unos noodles fritos con pollo y curry:

Después de haber repuesto fuerzas, comenzamos nuestra aventura volviendo hacia la entrada del hotel donde nos llamó un conductor de Tuk-tuk, el típico medio de transporte que se utiliza en Tailandia. Los conductores se caracterizan por tener una conducción un poco loca y por querer sacar mucho más dinero que el que realmente cuesta. En nuestro caso, conocimos a Chow-Chow, un conductor que se ofreció a llevarnos a diferentes atracciones turísticas por 20 THB. Al principio, aún sin estar acostumbrados al cambio de moneda, dudamos un poco de si era buen precio o no. Tras hacer los cálculos vimos que el precio era muy asequible y que por el tiempo que nos quedaba hasta que cerrasen las principales atracciones turísticas nos venía como anillo al dedo. Aquí comenzó nuestro primer viaje de locura en Tuk-tuk:

WAT INTHARAWIHAN
Nuestra primera parada fue el Wat Intharawihan, se encuentra muy cerca del Rama VIII Bridge, el complejo no tiene nada en especial, de hecho no es uno de los más conocidos, pero hicimos la parada por tener en su interior un Buda de pie de 32 metros de altura.
Horario: 8:00 - 20:00.
Precio: Entrada gratuita.
Vestimenta: No hemos tenido ningún tipo de restricción.

Como es costumbre en Tailandia, tuvimos que quitarnos las zapatillas para entrar a uno de los templos que están al lado del gigante Buda donde pudimos ver un pequeño altar formado por una hilera de tres Budas sentados:

El templo en sí no tiene mucho más que ver y puede ser considerado uno de los prescindibles, aun así creemos que por la curiosidad del gran Buda de pie, merece la pena acercarse.
Salimos del templo y Chow-Chow estaba esperándonos fuera con el Tuk-tuk aparcardo, arrancamos y mientras nos dirigíamos a nuestro siguiente destino, no dejábamos de asombrarnos por las costumbres tailandesas:

Nuestro siguiente templo en la ruta fue el Wat Somanas Rajavaravihara.
WAT SOMANAS RAJAVARAVIHARA
Llegamos al templo donde podemos encontrar al Buda de la suerte, a pesar de lo bonito que era por fuera, no nos pareció una visita imprescindible.
Horario: 8:00 - 18:00.
Precio: Entrada gratuita.
Vestimenta: No hemos tenido ningún tipo de restricción.


Entramos dentro del templo donde encontramos al Buda de la suerte y Chow-Chow nos acompañó para hacerle reverencias.

Después de la visita volvimos al Tuk-tuk y aquí fue cuando nos enteramos del motivo por el que el viaje nos costó tan barato. Nos comentó Chow-Chow que el viaje costaba tan barato porque teníamos que parar en una de las tiendas que tenían concertados ellos para llevar a los turistas y atraerles con sus productos. Con nosotros tuvo una muy buena relación y nos dió a elegir entre una tienda de ropa o una agencia de turismo. Optamos por ir a una agencia de turismo porque teníamos dudas de cómo ir a las diferentes excursiones que teníamos pensadas hacer por libre.
Tras solventar las dudas, pusimos rumbo a nuestro último destino de la ruta, el Wat Saket.
WAT SAKET
Chow-Chow nos dejó en la puerta del templo, le pagamos los 20 THB y nos dirigimos hacia la taquilla para poder sacar la entrada. El templo es conocido también como la montaña de oro de Bangkok. Es uno de los lugares más visitados durante la puesta del sol ya que las vistas desde lo alto de toda la ciudad son preciosas. Nada más llegar a la recepción donde se compra la entrada nos dicen que no podemos ir vestidos de esa manera. Los hombres pueden ir en pantalón corto, pero las mujeres han de ir con las rodillas cubiertas y con los hombros tapados. Así que no tuvimos más remedio que postponer la visita y conformarnos con verla desde abajo:

Horario: Todos los días de 7:30 - 19:00.
Precio: 50 THB.
Vestimenta: Mujeres con rodilas y los hombros cubiertos. Hombres con los hombros cubiertos.
A las afueras de la montaña dorada encontramos un templo que se hacía llamar "Wednesday Buddha Temple" cuyas puertas estaban abiertas y se veía un enorme Buda en su interior. No dudamos en entrar para verlo de cerca, su tamaño impresionaba muchísimo:

Al salir del templo solicitamos un Tuk-tuk para que nos llevara a nuestro siguiente destino, el MBK Center.
MBK CENTER
Es uno de los centros comerciales más conocidos de la ciudad, en él podemos encontrar todos los artículos que podamos imaginar, aunque lo más conocido son las falsificaciones de ropa y las rebajas en electrónica.

Horario: 10:00 - 22:00.
Web: http://www.mbk-center.co.th/
No fuimos con intenciones de comprar nada en especial, solo queríamos verlo por dentro. Aunque si se va con intenciones de comprar, te puedes pasar fácilmente un día completo regateando y viendo todo tipo de artículos. Una locura para los adictos a la moda.
Después de la visita al MBK Center, concluímos el día con una breve visita al Lumpini Park.
LUMPINI PARK
Es un enorme parque de 56 hectáreas en las que destacan sus enormes zonas verdes y un lago. Es un lugar en el que muchos utilizan para hacer deporte, jugar o incluso sesiones gratuitas de Tai Chi.

Horario: 5:00 - 21:00.
Después de dar una pequeña vuelta por el parque, cogimos de nuevo un Tuk-tuk para volver a Khao San Road, cenar algo y volver al hotel a descansar, que el día había sido agotador y el viaje no había hecho más que comenzar.
El día siguiente madrugaríamos para poder visitar el Gran Palacio y el Wat Pho y tratar de evitar las aglomeraciones de gente.