Día 3: Dolomitas

Pocol

Tras haber descansado en una cama que no tenía comparación con la del hotel de Verona, decidimos asomarnos al balcón para ver cómo había amanecido después de la nevada de la noche anterior y comprobar si merecía o no la pena ir a las Tres Cimas de Lavaredo.
Asomarse por el balcón y ver esto, no tiene precio:

No podía salirnos un día mejor para poder visitar lo previsto. Nos esperaban las Tres Cimas de Lavaredo.
Existen dos formas de llegar, pagar el peaje que está al comienzo de la subida al puerto, que son unos 25€ para vehículos ligeros o aparcar el coche antes de llegar al peaje y subir el puerto caminando (esta última no entraba dentro de nuestros planes).
Después de prepararnos bajamos a desayunar alrededor de las 7 de la mañana, aún no había abierto la cafetería. De hecho, el propietario del hotel estaba preparando para sus huéspedes unos mini Croissants rellenos de chocolate! Nos pusimos las botas!
Salimos para coger el coche y poner rumbo a nuestro destino y nos lo encontramos cubierto por una manta de nieve:

Al bajar el puerto que une Pocol con Cortina d'Ampezzo pudimos ver a la luz del día las preciosas vistas que teníamos delante.

Misurina

De camino a las Tres Cimas hay un pequeño pueblo, Misurina (a 22 Km de Pocol), que merece la pena deternerse a contemplar el paisaje que le rodea:

Después de sacar unas fotos continuamos el camino. Queríamos llegar cuanto antes por miedo a que el tiempo empeorase. En 20 minutos llegamos al peaje y para nuestra sorpresa, aun estaba cerrado, no había pasado el quitanieves y la carretera estaba helada, no estaba permitida la circulación con el coche, la única manera de llegar a la cima era andando.

Tre Cime di Lavaredo

Llegados a este punto, no había vuelta atrás, nos esperaba 1 hora y media de subida de 1.500 metros sobre una carretera donde dábamos un paso y retrocedíamos tres por culpa del hielo.

La subida no requiere tener unas buenas condiciones físicas. La subida puede hacerse más larga que dura, pero si se opta por la subir en coche, pagando el peaje, la ruta arriba es en camino llano y plano.
En todo el camino no vimos a nadie, éramos los únicos que estaban subiendo, salvo cuando llegamos al refugio Auronzo, que nos alcanzaron un padre y su hijo mientras los primeros quitanieves aprovechaban para comenzar a limpiar las carreteras para permitir a los primeros coches subir.

Una vez en el refugio nos asomamos para ver cómo estaba el sendero que lleva hasta las Tres Cimas y el estado era impracticable. Tratamos de dar los primeros pasos sobre la nieve, pero nos llegaba hasta la cintura! Era imposible poder llegar de esta manera hasta el final del sendero. Debatimos unos minutos junto con el padre y su hijo si era viable continuar o no el camino, decidimos por nuestro bien no arriesgarnos, no tenía sentido intentar llegar y que nos pasase algo, estábamos solos los 4, aunque ellos decidieron continuar, nosotros aprovechamos para jugar con la nieve y hacernos unas cuantas fotos desde aquí arriba:

Cuando comenzamos a descender poco a poco, empezamos a ver los primeros coches subir, la verdad que una pena pagar tanto dinero por subir y que justo arriba el camino a las cimas sea impracticable, pero bueno, subir merece muchísimo la pena.

Una vez en el coche como teníamos tiempo decidimos parar en el Lago Antorno. Es un lago con unas vistas preciosas, de fondo las Tres Cimas de Lavaredo y el reflejo de los árboles en el agua hacen que esta parada sea obligatoria.

Lago Antorno

Después de haber sacado unas fotos y de disfrutar el paisaje, era hora de reponer fuerzas y decidimos parar en Misurina a comer algo. Compramos algo para comer en la panadería del supermercado que está pegado al rio. Comer después de la caminata, con esta bonita vista y el silencio que nos rodeaba, fue algo increíble.

Misurina

Aprovechamos el parón para decidir qué hacer, teníamos toda la tarde por delante, el depósito lleno y un día soleado, por lo que no lo dudamos ni un instante y decidimos poner rumbo a la Marmolada y a las Cinque Torri.

Marmolada

La carretera es impresionante, una gozada conducir con el paisaje que nos rodeaba.

Cinque Torri

Cuando llegamos a las Cinque Torri, intentamos meternos con el coche lo máximo posible para evitar tener que caminar mucho y ver si, a diferencia de antes, esta vez podíamos hacer uso del sendero y poder ver "las cinco torres" desde más cerca.
Nuestro gozo en un pozo, el coche comenzaba a patinar por el camino, se hacía prácticamente incontrolable, fue el único momento del viaje en el que tuve miedo de quedarnos encerrados y no poder dar la vuelta, pero con paciencia conseguimos sacar el coche y volver tras nuestros pasos y conformarnos con verlas desde la lejanía:

Decidimos continuar nuestro camino por La Marmolada pasando por el "Paso de Falzarego" hasta llegar al "Paso Pordoi".

Paso de Falzarego

Continuamos el camino y nos encontramos con un pantano cubierto de nieve y una señal que nos pareció curiosa:

Nos quedaba un último puerto antes de volver al hotel, Paso di Pordoi, debíamos subir las típicas carreteras serpenteantes hasta llegar arriba, la verdad que es un paisaje impresionante:

Paso di Pordoi

Llegados a este punto decidimos poner rumbo al hotel para que no nos pasara como la noche anterior y el clima cambiase y no nos pillase conduciendo.
Cuando llegamos a Cortina d'Ampezzo paramos a comprar algo para cenar en un supermercado, antes de llegar al hotel. La estampa desde la ventana con respecto a la mañana había cambiado consideramblemente:

Pocol

Pusimos punto final a este día ya que mañana nos esperaba un nuevo viaje, esta vez a Venecia.