Día 1: Llegada a Oslo

Durango

Daba comienzo a uno de esos viajes que más ganas y a la vez miedo teníamos de hacer. Las ganas principalmente eran por el hecho de poder ver las Auroras Boreales en persona y a su vez, el miedo por el estado en que nos encontraríamos las carreteras. Teníamos todo preparado, una de las dos maletas que llevaríamos para facturar la llenamos de provisiones, ya que Noruega es un país muy caro.
Así pues, con los nervios aún en el estómago, nos dirigimos al aeropuerto, tendríamos que hacer una escala en Munich de 4 horas para después coger otro vuelo con destino a Oslo y a la mañana siguiente otro tercer vuelo con destino a Tromsø.

Munich

Tras dos horas de vuelo llegamos a Munich y como nos esperaban otras 4 horas de escala y somos unos animados, nos miramos y dijimos... ¿Por qué no vamos al centro? Pues dicho y hecho, después de 5 minutos ya teníamos los billetes de tren, aprovechándo que las maletas viajaban directas a Oslo, podríamos dar una vuelta por el centro de Munich sin cargar con todos los bártulos.

BILLETE TREN MUNICH

Precio: 11,20€, existe la opción de adquirir por 12,80€ un billete válido para 24 horas o bien por 23,90€ un billete válido durante 24 horas para un grupo de hasta 5 personas.

Después de sacar los billetes, nos dirigimos a la estación y nos montamos en la línea S8 que además de la S1 es la otra que hace la ruta hasta llegar a la Marienplatz. Tras 40 minutos salimos de la boca de tren justo al corazón de la ciudad, la famosa Marienplatz:

Abandonamos la plaza por uno de sus laterales para llegar hasta la Viktualienmarkt, una de las plazas más famosas de toda la ciudad. Es un mercado enorme el cual ofrece todo tipo de verdura, fruta y productos artesanos que aportan un color al mercado muy llamativo. En el mismo mercado podemos encontrarnos los típicos Biergarten, donde la gente se reúne a tomar algo.

No teníamos mucho tiempo así que nos dirigimos a otro de los puntos más turísticos de la ciudad, el Hofbräuhaus. La cervecería abrió al público en el año 1828 y se convirtió en el centro de la ciudad, donde asistía gente tan importante como Lenin. Con el paso del tiempo fue siendo centro de reuniones políticas, hasta tal punto que fue testigo de la proclamación del programa de 25 puntos por el que se regía el partido nazi. A día de hoy es un lugar de alto interés turístico:

Volvimos al centro de la plaza para verla por última vez. Nos quedamos asombrados con los detalles del reloj de la torre:

Entramos de nuevo a la estación y cogimos la línea S1 que nos llevaría de vuelta al aeropuerto. Tras otros 40 minutos llegamos al aeropuerto y preparados embarcamos en el avión con destino Oslo.

Oslo

Aterrizamos pasadas las 11 de la noche y como era de esperar hacía mucho frio y nevaba de forma considerable. Es algo realmente sorprendente ver como con tanta cantidad de nieve un avión es capaz de aterrizar sin casi inmutarse.
Habíamos reservado el Garder Hotell og Konferansesenter, por ser cercano al aeropuerto, ya que al día siguiente madrugaríamos para coger otro avión con destino a Tromsø. Nada más salir del aeropuerto, fuimos a esperar al autobús que, tras 5 minutos, nos dejaría a pocos metros del hotel. El hotel estaba bastante bien para el precio que costaba, en comparación con el resto de ofertas de la zona.

Cuando eran cerca de las 00:00 nos metímos a la cama mientras veíamos nevar por la ventana. Así pusimos fin al primer día.