Día 9: Peterhof

San Petersburgo

Después del día lluvioso de ayer, hoy el cielo nos daba tregua, amaneció con el cielo azul y soleado, aunque la previsión decía que a media tarde llovería nuevamente.
La visita principal del día de hoy era El Palacio Peterhof y La Catedral de Kronstadt.
Hay diferentes formas para llegar a Peterhof, se puede ir en autobús o por mar, nosotros optamos por ir por mar haciendo uso del "Hydrofoil", a pesar de ser más caro era más rápido. El barco salía desde los muelles ubicados en la parte trasera del Hermitage. A las 9:30 cogímos el Hydrofoil, nos montamos en la parte trasera y cómodamente sentados nos pusimos a contemplar el paisaje desde el mar.

HYDROFOIL A PETERHOF
Precio: 700 Rb. Los tickets se pueden adquirir desde el muelle de salida del Hydrofoil.
Horario: Desde las 9:30 hasta las 15:00 cada 30 minutos.

Palacio Peterhof

Peterhof (Петергоф) es una ciudad dentro del distrito Petrodvortsovy a unos 30 Km de San Petersburgo. Es una pequeña ciudad muy conocida porque en ella encontramos palacios y jardines creados por orden de Pedro El Grande. Fue residencia de los zares hasta la revolución de 1917. A partir de entonces se transformó en museo.

PETERHOF - JARDÍN SUPERIOR
Precio: 250 Rb. Las entradas pueden comprarse el mismo día en taquillas, cajeros automáticos o con antelación por Internet. Sitio web oficial: http://eng.cathedral.ru/
Horario: De 10:00 a 18:00 horas (miércoles cerrado), aunque desde el 1 de mayo al 30 de septiembre amplía su horario hasta las 22:30.

El Hydrofoil nos deja en el embarcadero del parque inferior. A pocos metros delante nuestro, tenemos la oficina de tickets donde podremos adquirir la entrada al recinto. Las fuentes empiezan a funcionar todos los días a partir de las 10:00, salvo La Gran Cascada y La Fuente Sansón que empiezan a funcionar a las 11:00 tras un espectáculo de música y chorros de agua. Recomendamos ir con tiempo ya que se forman grandes colas y es difícil hacerse hueco entre la gente. Nosotros llegamos con tiempo y pudimos obtener unas vistas privilegiadas:

Nos quedamos impresionados con el detalle en oro de las fuentes, con la belleza de los jardínes y con la fuerza con la que el agua salía por los chorros que acompañados con música clásica relajante hacía que mereciera la pena haber estado esperando para poder presenciar en primera línea el espectáculo.

Una de las estatuas de cerca:

La vista desde la parte de arriba es impresionante:

Continuamos con la visita a los jardines del Parque superior, el acceso a este lado del parque es gratuito. A pesar de no ser tan espectacular como el inferior, las vistas desde aquí te permiten ver por completo lo grande que es el Palacio.

PETERHOF - PALACIO GRANDE
Precio: 600 Rb. Solo pueden comprarse las entradas online para el Palacio Grande entre octubre y abril. De mayo a septiembre, debido a la gran afluencia de turistas, las entradas online no están disponibles en el sitio web. Esto significa que una vez has accedido al parque inferior, deberás dirigirte a las taquillas del palacio y hacer cola para adquirirlas.
Horario:
De 12:00 a 14:00 horas. En este horario la cola puede llegar a ser muy larga.
De 16:15 a 17:45 (hasta las 19:45 los sábados). Por la tarde es mejor visitar el palacio puesto que suele haber menos cola.
El palacio cierra los lunes y el último jueves de cada mes por limpieza.

Nosotros no pudimos visitar el Palacio por dentro debido a las grandes colas que había, por lo que tuvimos que conformarnos con la visita a ambos parques.
Tras abandonar el recinto fuimos en busca del autobús que nos llevaría hasta Kronstadt.

Kronstadt

Es una ciudad portuaria muy cercana a Peterhof, allí se encuentra la Catedral Naval. Fue construida como templo de la Flota del Báltico, dedicada a los marinos caídos.
El autobús número 200 es el que hacía la ruta hasta llegar a la ciudad. La incertidumbre invadía nuestro cuerpo debido a que no estábamos del todo seguros de estar en la parada correcta. Daba la sensación de estar en la "Rusia profunda", veíamos a los autobuses salir de esta "estación" que parecía improvisada:

Tras preguntar a la única persona que estaba a la espera de un autobús, a duras penas logramos entender que estábamos en la parada correcta. Qué nervios!
Al cabo de 10 minutos llega el autobús, nos montamos y preguntamos a bordo a una anciana muy amable con la que solo por gestos e imágenes nos entendió que queríamos visitar la Catedral Naval si estábamos en la dirección correcta. La señora nos tranquilizó y al cabo de unos minutos llegamos a la ciudad.
La Catedral Naval es impresionante de la que destaca el color y la altura de su cúpula. Está situado en un parque muy amplio en el cual hay una llama queríendo mantener vivo el recuerdo de los caídos en la guerra.

El cielo nos amenazaba con unas nubes negras, tal y como estaba previsto, para el mediodía llovería. Parecía increible que fuera a llover después del día que hemos tenido en Peterhof.
Era hora de volver a San Petersburgo, pero... ¿cómo? Habíamos leido en Internet que el Hydrofoil que nos llevaba a Peterhof hacía el camino de vuelta desde Kronstadt hasta San Petersburgo dependiendo la ruta que tenía establecida. Estuvimos mirando en Google Maps el lugar exacto desde el cual podríamos coger el Hydrofoil, pero maldita tecnología, cuando más la necesitas, más tarda en darnos una solución. Con los nervios a flor de piel, no lo dudamos y preguntamos a un chico la forma de volver a San Petersburgo y tras intentar explicarnos cómo acceder, el chico, Alex, se ofreció a llevarnos de vuelta en su coche! Nos miramos mutuamente y nos lanzamos a la aventura sin pararnos a pensar qué podía salir mal! Nada más montarnos en el coche, comenzó a llover con fuerza, qué bien nos había venido su ayuda. Fue sin duda una de las mejores experiencias que nos llevamos del viaje, un amigo que posteriormente se ofreció a llevarnos a cualquier lugar que nos hiciera falta. Él era de Moscú y estaba en San Petersburgo porque era marinero. Todos sus amigos estaban lejos y se ofreció voluntario a ser nuestro guía. Es increible que aún haya personas así. Desde aquí, ¡Gracias!
Todavía no salíamos de nuestro asombro como una persona que no conocíamos de nada se ofreció a llevarnos. Tras ofrecerle dinero o tomar algo a cambio, rechazó todas nuestras ofrendas y nos terminó agradeciendonos él a nosotros por haber accedido a viajar con él. Después de 1 hora de viaje nos dejó en la Catedral de Kazán y como llovía sin parar entramos al primer restaurante que vimos a comer, el Mamalyga.
Después de comer, como seguía lloviendo a mares, volvimos al apartamento a descansar.