Día 4: Venecia
Pocol
Después de haber descansado, haber hecho las maletas y prepararnos, bajamos a desayunar, la verdad que recomendamos mucho pagar el suplemento por el desayuno, merece mucho la pena.
Teníamos en mente hacer otra ruta, la del Lago Sorapis, pero después del día que tuvimos ayer, decidimos preguntarle al hostelero si era o no viable hacer la ruta después del temporal de estos días. Nos comentó que era una ruta demasiado sombría, que no daba demasiado el sol y que probablemente estuviera todo congelado y el acceso cubierto por la nieve. Como tampoco teníamos muchas esperanzas, decidimos aprovechar el tiempo y salir rumbo a nuestro siguiente destino: Venecia.
Venecia
Teníamos que dejar el coche de alquiler en el aeropuerto de Venecia con el depósito lleno, por lo que lo primero que hicimos fue repostar en una gasolinera cercana al aeropuerto.
Una vez llegamos al aparcamiento correspondiente de la compañia Maggiore y tras comprobar que no había ningún problema y el coche estaba sano y salvo, bajamos por el aeropuerto, no sin perdernos, a la estación donde se coge el Vaporetto. El precio del billete en Vaporetto, cuesta 15€/persona.

Venecia está dividida por barrios y nuestro hotel se encontraba en el barrio Canareggio.

La parada más cercana era "Fondamente Nove", aun así teníamos que andar mucho y con las maletas, además del calor que hacía (vaya diferencia con respecto a las Dolomitas y eso que está a 2 horas de distancia) iba a hacer que el camino fuera casi interminable.
El viaje en Vaporetto nos permitía ver de cerca el cementerio de Venecia.

Después de haber puesto pie en tierra, nos tocaba arrastrar las maletas por una calzada muy mala para ello, un subir y bajar puentes que hacían que el camino fuera mucho más duro de lo que en realidad era. Aun así las primeras imágenes de la ciudad eran preciosas.

Reservamos dos noches de hotel a través de booking en el hotel Corte Loredan. Cuando llegamos, la primera impresión no fue muy buena, parecía un poco descuidado, el portal era muy oscuro.
Todo cambió cuando nos enseñó la habitación, era perfecta, el baño estaba muy bien y la cama era muy muy cómoda. Nos duchamos para quitarnos la sudada del camino y bajamos a la calle en cuanto acabamos de prepararnos.
Nuestra ruta comienza con el Gheto Nuevo, lugar donde en la época de la República de Venecia, los judíos fueron establecidos por la Santa Sede. El Gheto tiene varias sinagogas que se pueden visitar. Es un lugar en el que por motivos de espacio no se pueden construir más viviendas, únicamente permiten crecer en vertical, por ello, se encuetran las casas más altas de Venecia.



Continuamos por la zona de Canareggio hasta llegar a uno de los cuatro puentes que cruza el Canal Grande, El puente de los Descalzos.

Las vistas desde el puente, son impresionantes, se puede observar el tráfico tanto de barcos por el Canal Grande, como de personas que intentan pasar por el puente y se detienen a sacar una foto.

Terminamos de cruzar el puente, metíendonos de lleno en el barrio de Santa Croce para atravesarlo y llegar hasta al de Dorsoduro, nuestra siguiente parada era el taller de Góndolas, cuando un ruido de sirena nos alarmaba de que algo había pasado en la ciudad y cómo no, los bomberos también tienen su propio medio de transporte en la ciudad.

Hasta un mercado que aprovechaban a vender frutas y verduras a orillas del rio.

Sin casi darnos cuenta habíamos llegado al taller de góndolas o Squero di San Trovaso. Es uno de los pocos talleres de góndolas que siguen en activo en la ciudad.

Continuamos por el barrio de Dorsoduro hasta llegar a la basílica Santa María della Salute, que fue construida para celebrar el fin de la peste.

Las vistas desde este punto de Venecia son impresionantes, al otro lado de la orilla teníamos el barrio San Marco, con su famosa plaza de fondo.


El puente de la Academia, une los barrios Dorsoduro y San Marco. Es un puente de madera desde donde se puede ver la típica foto de Venecia.


Nos adentramos en el barrio San Marco para ver el palacio Contarini de Bóvolo, donde podemos ver la famosa escalera de caracol.

Después nos dirigimos hacia la estación de Góndolas Bacino Orseolo:

Como bien sabemos si Venecia es conocida por algo, es por el carnaval y sus máscaras. Nos detuvimos en un escaparate para contemplar lo bien hechas que están:

Seguimos caminando hasta la Piazza San Marco. Ahí estábamos frente al campanile y la basílica.

En la plaza encontramos una de las cafeterías más famosas del mundo, la cafería Florian, cuya terraza ocupa gran parte del lateral de la plaza San Marco. Un café aquí no está al alcance de muchos bolsillos!

Precio: Su entrada es gratuita, aunque cabe destacar que está prohibido entrar dentro de la basílica con mochilas.
Horario: Abierta todos los días de 9:30 a 17:00 y los Domingos de 14:00 a 16:00 (hasta las 17:00 en verano).
Al lado de la Torre dell'Orologio hay un pequeño local donde se pueden dejar las pertenencias.
Precio: 8€ para los adultos (4€ estudiantes)
Horario: Abierta todos los días de 8:30 a 21:30 (horario de verano).
Detrás del Campanile tenemos el Palacio Ducal, un castillo fortificado que se utilizó como prisión.
Precio: La entrada cuesta 19€
Horario: Todos los días de 8:30 a 17:30 (hasta las 19:00 en verano).
En el muelle están todas las Góndolas aparcadas y frente a ellas la Isla de San Giorgio Maggiore, lugar al que fuimos al día siguiente.

Unido al Palacio Ducal está el Puente de Los Suspiros, da acceso a los calabozos del palacio.

Para terminar con el largo día, nos acercamos a la zona del Puente Rialto. Es increíble la cantidad de gente que está fotografiando el anochecer sobre el puente, es casi imposible moverse!


Con una pizza y un helado dimos por acabado el día y fuimos a descansar. Había sido un día agotador!